1 1/2 semanas

Nadie baila en la ciudad, ni cantan los viejos instrumentos de los viejos trovadores. Los autos se han detenido en los puentes para oírte hablar, para así calmar sus penas. Elsol mismo ha dejado de dar vueltas y te escuchas. Las estrellas aumentan su brillo al ritmo de tus notas, las notas que mueven tus manos y cubren mis oídos temerosos de la nada, de que amanezca y ya no cantes, de que tus manos dejen las mías por un par de ojos de lince. Amanece, todas bailan, cantan y continuan sus caminos, las estrellas duermen y las penas vuelven. Pero en la sonrisa de un niño tus manos permanecen en mis oídos.





(Mucho Vicio)

No puedo deja de escrbirle, no puedo dejar de leerle y decirle que sus cejas son mis rejas, que las comisuras de sus labuos son las marcas de mis ojos. No puedo intertar explicarle que no hay libros ni códices, que solamente el cielo entiende estas cosas que tengo que escribir para que no me olvides.